Es habitual separar el ecommerce en dos tipos de modelo de negocio: B2C (Business to Consumer) y B2B (Business to Business).
La principal característica del modelo B2B es que el cliente final también es una empresa. Por lo tanto, la venta se realiza entre dos o más personas jurídicas. El modelo B2B tiene objetivos que van más allá de la conversión máxima de pedidos.
Simplificar la relación entre empresas, reducir los costos y aumentar el rendimiento al entregar una experiencia online que sea tan excelente como la experiencia offline son objetivos ampliamente considerados en B2B.
Debido a estos factores, los proyectos B2B pueden ser mayores y más complejos, y por eso la relación entre empresas se convierte en un factor importante para esta operación. Estas relaciones son las que determinan el nivel de personalización del servicio al cliente.
Establecer formas de pago, catálogos y precios diferenciados para cada cliente según su grado de relación son tareas habituales.
En el ecommerce, el modelo B2B generalmente presenta tres tipos de experiencias de compra para su cliente.
Experiencia | Funcionamiento |
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Autoservicio | El cliente realiza por sí mismo todo el flujo de compra. Este escenario cuenta con muchas herramientas para posibilitar la experiencia. |
Automatización de la fuerza de ventas | Un vendedor realiza pedidos en nombre del cliente. |
Marketplace | El usuario final compra el producto de un fabricante a través de un revendedor, mayorista o distribuidor. Este modelo suele utilizar herramientas de marketplace para proporcionar esta experiencia. |